Las ciudades en los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Superstudio, “The Continuous Monument: New New York”, 1969

¿Cómo pueden las ciudades ser mejores lugares para vivir?, ¿qué podemos hacer para conseguirlo? La sostenibilidad del planeta depende en gran parte de las ciudades, pues son los núcleos donde se concentran la mayor cantidad de población, los centros de organización productiva, las estructuras económicas, políticas y legislativas que afectan a todo el planeta y sus habitantes de distintas formas. Uno de los elementos clave en el proceso puede estar representado en las nuevas formas de gobernanza que permitirán la construcción de ciudades democráticas y sostenibles.

Empezamos por recordar que en septiembre de 2015 fueron aprobados por la ONU diecisiete objetivos globales que se plantean como herramientas de planificación para trabajar en los mayores retos sociales, económicos, políticos y urbanos de nuestra contemporaneidad. Es la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en los que se pretende poner fin a la pobreza, al hambre, luchar contra la desigualdad, mejorar la calidad de vida, la salud, la educación y frenar el cambio climático, entre otros. Todos los objetivos de la agenda son transversales entre sí, puesto que hay una dependencia orgánica entre cada objetivo; se parte de unos conceptos fundamentales como sostenibilidad, igualdad, integración y justicia para permear cada objetivo.

Sin embargo, hay que decir que la Agenda 2030 es muy ambiciosa y aunque no queramos pecar de fatalistas tenemos como precedente el fracaso de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fijados en el año 2000, sin contar con todos los pactos para frenar el cambio climático que no llegaron a puerto. Bien por la falta de monitoreo de los países en el cumplimiento de los objetivos y porque se trata de problemas complejos en los que interfieren diversas variables, la realidad puso de manifiesto que además de un sistema eficaz de evaluación, con indicadores representativos y control sobre las acciones encaminadas a conseguir estos objetivos, es necesario definir nuevas formas de gobernanza y colaboración.

Las ciudades tienen un papel importante en la consecución de los objetivos porque al tiempo que son los espacios que dan soporte para el desarrollo y cuentan con un gran capital humano creativo, también generan problemas que afectan la salud, el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Llevado a cifras, las ciudades son responsables de un 70% del PIB, consumen cerca de un 60% de la energía global, el 70% de los residuos globales se generan en las ciudades y además son responsables de la emisión del 70% de gases tóxicos que contaminan el aire. Estas cifras irán en aumento, considerando que para el año 2030 la población urbana representará el 60%.

Es por esto que uno de los objetivos de desarrollo sostenible incluye en el número 11 a las «Ciudades y comunidades sostenibles» con la premisa de «lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». En cada objetivo se proponen alcanzar unas metas; en el objetivo 11 algunas de las metas propuestas tienen que ver con la solución de problemas a los que nos enfrentamos a diario en las ciudades, como la contaminación, la falta de zonas verdes, la inseguridad, la necesidad de una buena red de transporte público y de espacios públicos, el acceso a la vivienda y la desigualdad.

Todo bien hasta aquí, pero seguimos preguntándonos ¿cómo alcanzar estas metas? En una conversación con Marta García Haro, coordinadora gerente de la Red para el Desarrollo Sostenible en España (REDS), nos comentaba que si bien los retos son enormes hay que ponerlos en el cajón de lo posible, «porque sólo pensando que son posibles se podrán hacer». Llevado a la práctica, García Haro explica que desde REDS, organización que contribuye a promover soluciones innovadoras y transformadoras para ayudar a que tengamos un desarrollo sostenible, llevan cerca de tres años elaborando un ranking para determinar cómo están los países en relación con los ODS; en base a este análisis han propuesto una serie de indicadores científicos que sirven para medir el nivel de solución alcanzado en cada objetivo. Los indicadores que proponen son una herramienta útil para determinar si se están cumpliendo los objetivos y en qué áreas es necesario trabajar para alcanzarlos, porque «sirven para señalar y aportar evidencias en base a datos científicos sobre dónde hay que trabajar para lograr los 17 ODS».

Además del trabajo de monitorización y visualización de datos es necesario informar y concienciar a la ciudadanía sobre qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, qué ámbitos y problemas pretenden resolver, cómo se trabaja en ellos y qué podemos hacer como ciudadanos para contribuir en este proceso. Un ejemplo de acción en esta línea es la iniciativa de un grupo de jóvenes que propusieron en 2016 «Proyecta Valencia 2030», cuya finalidad es crear puentes entre distintos actores sociales a través de la visibilización de propuestas y proyectos relacionados con los ODS que se están desarrollando en la ciudad de Valencia. A través de un proceso de tres fases han conseguido elaborar un documento que sirve como herramienta para relacionar administración, ciudadanía y sector privado, y que permitirá crear mecanismos para co-ayudar en planes que permitan cumplir los objetivos de desarrollo sostenible en la ciudad. Es alentador ver cómo la comunidad organizada es capaz de construir una democracia participativa, poniendo en valor la inteligencia colectiva y el bienestar común. Nuevamente se evidencia la importancia de las redes que conectan a los distintos actores sociales y las distintas escalas del territorio.

Superstudio Revisitado, por Nitsche Arquitetos + Jorn Konijn. Fuente: ArchDaily

Es difícil predecir el resultado de este proceso y en qué escenario nos encontraremos en el año 2030. Hay voluntad por una buena parte de la sociedad civil en promover cambios que se lleven a la práctica, es el caso de asociaciones y organizaciones que están trabajando para atender problemas urbanos tan básicos como el derecho a caminar, a respirar aire limpio y a vivir en ciudades igualitarias y seguras. El trabajo de estas organizaciones tiene un impacto positivo puesto que son un medio para concienciar y promover formas sostenibles de convivencia, de movilidad y de producción, al tiempo que dan la alerta a las administraciones sobre dónde hay que trabajar para generar un cambio.

Es positivo también que algunas administraciones estén encaminadas en la consecución de los ODS aplicados a la planificación urbana, pero debe aumentar la cooperación entre los distintos actores sociales. Las iniciativas que fomentan la participación ciudadana y que provienen de las administraciones, como los presupuestos participativos en Madrid, Valencia o Barcelona a través de Decide Madrid, DecidimVLC o Decidim, son instrumentos promotores de la reconstrucción democrática. La participación es una forma de hacer política desde abajo y también un medio de construcción sostenible de nuestros entornos basados en el bien común.

El apoyo de las administraciones es fundamental, pero requiere de mayor integración entre sector publico, privado, instituciones y ciudadanía. Son necesarios los recursos para llevar adelante muchas ideas que provienen de la ciudadanía, son necesarios los espacios de encuentro e intercambio y es necesario trabajar en la comunicación masiva para informar y concienciar. Toda esta infraestructura la aportan las ciudades y mucho se puede hacer en estas para crear redes de conexión con los espacios rurales. El territorio será cada vez más urbano pero siempre con una diversidad de escalas, y no se puede entender la sostenibilidad desligada de lo rural, no se puede entender la sostenibilidad en entornos hostiles, inseguros, contaminados y desconectados.

Quizá con el título de este artículo se podía creer que tendría la osadía de describir a modo de catálogo una ciudad ideal a quince años vista, pero creo más en un proceso que nos encamine a redefinir nuestros complejos sistemas sociales, económicos, políticos, urbanos y de valores, antes que ensalzar ideales utópicos. En las ciudades se pueden desarrollar herramientas que permitirán —progresivamente— materializar objetivos para llegar a un estado de convivencia en entornos democráticos construidos a partir de derechos. La tarea es ardua; las ciudades son la representación de nuestras aspiraciones y el proceso de cambio a bien depende de millones de personas, de nuestras acciones, comportamientos y decisiones. Ponernos de acuerdo en qué es lo mejor para todos, para nuestra supervivencia, para la conservación de los ecosistemas y del planeta es el gran reto de estos diecisiete objetivos. Las ciudades son sus ciudadanos, sus valores, su cultura, su tecnología, su inteligencia… y en 2030 podrán ser o no en función del camino que decidamos tomar desde ahora.

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*Éste artículo fue escrito por Sabrina Gaudino para el blog de Arquitasa.

Huertos urbanos: conciencia ambiental y ciudades verdes

Un artículo que escribí para el blog de Arquitasa. Al final del texto encontrarán el link para leer el artículo completo.


Huertos urbanos en Benimaclet. Fuente: valencianews.es
Huertos urbanos en Benimaclet. Fuente: valencianews.es

Integrar la agricultura urbana en las ciudades es un desafío frente a la creciente urbanización en un contexto de crisis económica, ambiental y alimentaria. Esto supone implicación y acción por parte de gobiernos, instituciones y organizaciones, así como la dotación de recursos e infraestructura a las ciudades para introducir huertos urbanos implementados como instrumento potenciador de espacios verdes, conciencia ambiental e integración social. Por otro lado, en el escenario actual es necesario replantear la productividad del territorio y el gasto energético, factores que desde el paradigma ecológico hacen más que evidente la necesidad de desarrollar la infraestructura verde urbana.

La agricultura forma parte del metabolismo social pues es uno de los rubros de sustento vital y económico, sin embargo y pese a su importancia somos ajenos a este proceso. Aunque hace poco más de un siglo se cultivaba dentro de las ciudades, en el imaginario colectivo de buena parte de los habitantes de las metrópolis el origen de los alimentos es desconocido porque la agricultura pasó hace mucho tiempo a ser una actividad segregada de la ciudad como parte del saneamiento de los centros urbanos, la zonificación y las dinámicas productivas de la postguerra. Pero el desarrollo también tiene sus contradicciones, a medida que las ciudades crecen se reduce el territorio disponible para cultivar y los espacios naturales que configuran la infraestructura verde; las ciudades ocupan grandes extensiones de territorio al tiempo que concentran más de la mitad de la población mundial. Además, la propia industrialización y tecnificación de la actividad agraria en países desarrollados desvió progresivamente el interés de la agricultura como fuente de empleo hacia otros campos productivos.

Encontramos ejemplos de huertos urbanos en distintas ciudades del mundo, desarrollados como instrumentos para la cohesión social, la reactivación del espacio público, el ocio o la educación ambiental. Sin embargo, la práctica de la agricultura urbana se desarrolla desde hace décadas; en países como Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos es una práctica arraigada en comunidades que se benefician del autoconsumo y de una buena calidad ambiental y paisajística de su entorno. En países en vías de desarrollo los huertos urbanos suponen una de las principales fuentes de sustento alimentario y económico de miles de familias. Según los datos que suministra la FAO la agricultura urbana y periurbana se practica por casi 800 millones de personas a nivel mundial, una actividad que produce el 30% de los alimentos que se consumen en las ciudades [1]. Pero son datos que hay que matizar en relación a los niveles de desarrollo y las condiciones socio-económicas de cada país, puesto que en las regiones más pobres del mundo la agricultura urbana es el único recurso para acceder a alimentos y representa una de las principales ocupaciones laborales.

Es evidente que la infraestructura urbana supone beneficios para la ciudad, pues el verde como equipamiento dota de servicios y cumple funciones ecológicas, sociales y económicas. Los huertos urbanos —parte de la infraestructura verde productiva y como estrategia de regeneración— son un medio para activar el espacio público desde la participación ciudadana. Es por esto que los huertos en las ciudades responden a múltiples funciones: aumentan la calidad ambiental, mejoran la calidad del paisaje, permiten recuperar o conservar el paisaje tradicional. Desde la perspectiva educativa, los huertos urbanos son una oportunidad para la educación ambiental, para acercar la agricultura a la ciudadanía y para fomentar o recuperar las tradiciones agrícolas y ecológicas. Sobre estas bases la introducción de la agricultura en la ciudad puede contribuir a: potenciar el interés en la agricultura como opción laboral; generar la autosuficiencia alimentaria; crear modelos de microeconomía local para acercar los alimentos a los ciudadanos y potenciar la producción autóctona, lo que supondría, por ejemplo, una reducción del gasto energético por transporte.

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*Éste artículo fue escrito por Sabrina Gaudino Di Meo para el blog de Arquitasa

 

Peatonalizar, una propuesta que enfrenta a la supremacía de la ciudad de género (masculino)

Calle de Santa Isabel 1932. Madrid- copia
La calle humanizada. C. Santa Isabel, Madrid 1932 Fuente: mercadoantonmartín.com
 

El automóvil nos ha separado de las relaciones con la ciudad, nos ha alejado a pesar de las distancias que acorta. De esta paradójica relación surgen propuestas a favor de reivindicar el derecho al espacio público, a caminar la ciudad y a restablecer la salud ambiental, al tiempo que se enfrentan al rechazo que supone asumir unos cambios necesarios.

Desde la revolución industrial, la máquina ha sido estandarte del desarrollo y el emblema de una generación pro velocidad mecanizada. Con el manifiesto futurista quedó patente la relación entre poder, machismo y velocidad; una relación triangular que reforzó la concepción masculina del mundo moderno que sentó las bases de una tipología urbana de género donde el automóvil ha sido el protagonista y la velocidad su bandera. Recordemos que después de las grandes reformas urbanas del siglo XIX y XX el peatón no ha figurado más que en las pinturas que rememoran los paseos arbolados del siglo XVIII o en la mirada melancólica de la fotografía en blanco y negro; la vida del ciudadano pasó de las caminatas ilustradas al mecanicismo autómata de las autopistas, y las calles desde entonces se transformaron en autopistas.

Uno de los problemas de las calles contemporáneas es que desde la era de los ensanches la ciudad se dimensionó en base a las medidas de los vehículos a motor y con esto un contexto urbano que expulsa a los «débiles», tal y como proponían los futuristas. Si bien en el pasado fueron las carretas las que determinaron los anchos de las vías —considerando la velocidad del paso de un caballo­— en la modernidad la velocidad del motor no pudo mesurarse, y esto ha tenido repercusión en la desproporción entre los usos y la calidad de vida. ¿Dónde quedaron las relaciones antropométricas? Esto plantea el reto de reconvertir la calle —espacio dimensionado para el automóvil— a la calle con uso peatonal predominante.

Peatonalizar no es una imposición ni la ocurrencia de un grupúsculo de ambientalistas obsesionados con la salud o con la reivindicación del espacio público; la contaminación es un hecho. Peatonalizar no es una moda del siglo XXI, es parte de un proceso de evolución que se ha definido y re-definido a partir de contradicciones, paradojas y paradigmas. Peatonalizar tiene nombre de mujer en una sociedad que ha construido sus ciudades con visión de género, el masculino.

Hoy, con la evidencia del impacto negativo del automóvil en nuestras urbes y en nuestras vidas, decir peatonalizar no debería desatar la histeria colectiva, sino la reflexión sobre nuestros hábitos de movilidad. No es únicamente tarea de las administraciones (que sobre todo es su responsabilidad y deber), es un trabajo colectivo de acción y conciencia sobre el uso que le damos al automóvil. Es el camino hacia ciudades realmente humanas, dominadas por el sonido del caminar, de la cháchara colectiva y de las campanillas de las bicicletas. Peatonalizar significa llevar a un equilibrio necesario las urbes que padecen de la resaca futurista.

 

Sabrina Gaudino Di Meo | @gaudi_no

 

 

Contradicciones: la vivienda ¿producto o derecho?

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«Jornada por el derecho a la vivienda digna y a la tierra». Tucumán, Argentina. Fuente: http://apaprensa.com.ar

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. [1]

El acceso a la vivienda es uno de los asuntos de mayor calado asociado a lo político y que se presenta como uno de los grandes retos sociales. Resulta paradójico que, si la vivienda es uno de los derechos universales de la humanidad, ésta sea al mismo tiempo uno de los grandes problemas de las sociedades contemporáneas.

La vivienda es morada, alojamiento y hogar. Sin embargo, el concepto entraña tanta complejidad por su relación con lo social, económico y político que no puede limitarse su conceptualización únicamente a su uso-función. En nuestra sociedad de consumo la vivienda se ha convertido en un producto, en detrimento de su valoración como derecho; una contradicción. La vivienda como objeto de consumo, como bien revalorizable y como inversión es el producto de una idiosincrasia definida a partir de lo social, lo político y económico que, a costa de suelo y especulación, ha transformado las dinámicas de producción y de rentabilidad.

Vivienda como producto

La vivienda como producto responde a una dinámica política y económica. Es el resultado de procesos legislativos y mercantiles que definen un modelo habitacional según ideologías y que se configura por tipologías socio-culturales (recordemos, por ejemplo, la tipología de vivienda en el período del “baby boom”, distribución y metros cuadrados para una familia tipo). El producto responde a un sistema dominado por lo financiero y basado en el crédito hipotecario; la vivienda es una necesidad básica convertida en un producto financiero.

La producción de viviendas se convirtió en sinónimo de actividad económica en las sucesivas burbujas inmobiliarias. Construir casas tenía implícito una doble intencionalidad, por un lado construir para compensar una demanda, y por otro lado, a partir de la demanda transformar el verdadero sentido de “vivienda” en producto de consumo; lo que para los entes financieros serviría para trascender la ética sobre un derecho. Por otro lado, el brazo político del urbanismo ha sido un elemento determinante en la construcción de este escenario tragicómico. La Ley del Suelo, a través de la mercantilización del suelo y de una intensa actividad económica sobre el territorio, ha sido artífice de los procesos especulativos que han impactado desde lo socioeconómico a lo ambiental.

En un modelo secuencial de clasificación y calificación del suelo realizado a partir de la legislación estatal del período 1990-92 y 1998 es posible constatar que, a través de los cambios en los usos del suelo y la presencia contundente del sector privado, se establecía un proceso especulativo generado a partir de una “teoría de mercado”, la cual suponía que “el crecimiento de la demanda y la incidencia del precio del suelo en los productos inmobiliarios se identificaban como causas principales del incremento del precio de la vivienda a un ritmo acelerado”. [2]

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«Modelo secuencial de clasificación y calificación del suelo a partir de la legislación estatal de 1990-92 y 1998» Fuente: Los espacios urbanos. EL estudio geográfico de la ciudad y la urbanización.

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Diferencias secuenciales de clasificación y calificación del suelo en la legislación. Fuente: Los espacios urbano. El estudio geográfico de la ciudad y la urbanización.

Según datos recogidos entre 1990-2012 se evidenció que, a pesar de que se construyó más vivienda para supuestamente frenar los altos costos del metro cuadrado, la vivienda se encareció. Además, con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la consecuente caía de la construcción los precios de la vivienda no mostraron tendencia a la baja. En el espacio de dos décadas la construcción de viviendas superó la demanda real, puesto que el ritmo constructivo no acompasaba con el crecimiento de la población. Paradójicamente el precio de la vivienda se intentaba controlar con “políticas de desregularización de la práctica urbanística” a la vez que el marco legislativo hacía propicio el crecimiento acelerado.

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Cuadro de «expresiones gráficas del boom inmobiliario y el colapso de la burbuja». En el cuadro de la izquierda se expresa la cantidad de viviendas construidas y la repentina caída a partir del año 2006. En el cuadro de la derecha se expresa el aumento del precio de la vivienda por año, poniendo en evidencia que la variación en la cantidad de vivienda construida no ha incidido en disminuir el precio de la vivienda. Se construya o no, la vivienda se encarece. Fuente: Los espacios urbanos. El estudio geográfico de la ciudad y la urbanización.

 

Acceso a la vivienda en el modelo de sociedad fordista

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«The way of life», 1950. Familia tipo y vivienda estándar. Modelos de la era del fordismo. Fuente: blogosferia.

La sociedad, desde la industrialización, ha sido la cuna de la producción y la productividad; hoy vivimos “el futuro visto como un producto más en una sociedad de productores”[3]. En este sentido, la vivienda también se ha convertido en un producto más en una sociedad de productores, dentro de un sistema que ha estructurado la vida laboral del ciudadano en base a un modelo estandarizado de lo que debe consumir y cómo debe hacerlo.

La vivienda como producto se define en un contexto en el que, se presupone, debe existir una masa de demandantes con capacidad de adquirirla. El sistema de acceso a la vivienda se ha reglamentado a partir de concepciones definidas por el pensamiento burgués y reforzado en la era fordista (el modelo productivo estándar, repetición y simplificación). Esto ha definido una estructura económica mercantilizada y monetizada que fomenta el endeudamiento a través del crédito a costa de un salario precario; en este contexto, el individuo que quiera acceder a la vivienda deberá comprometer su sueldo en un estimado del 55% en un plazo de 25 a 50 años. Estamos, desde la perspectiva del empleo, ante otra contradicción: el acceso a la vivienda depende del ingreso percibido por el trabajo a la vez que éste se constituye cada vez más inestable, precario y mal remunerado. Aun así, se mantiene la dinámica de estimular la compra y la construcción de viviendas difíciles de adquirir, bien por el elevado coste o por la insolvencia de quienes la demandan; una coyuntura en la que el Estado ha sido incapaz de generar las condiciones socio-económicas y legales adecuadas para garantizar y facilitar los medios que permitan el acceso a la vivienda.

Existen otros enfoques en los que se argumenta que el incentivo de compra promocionado durante la burbuja inmobiliaria se presentó como una situación que “ha tenido una incidencia positiva para la mayor parte de la sociedad”, puesto que un 85% de los hogares españoles son propietarios de su vivienda [4]. Este argumento pasa a ser el clásico eslogan que motiva a la población a adquirir una vivienda como un bien activo, como un producto que se revaloriza como parte de los bienes patrimoniales. Una dinámica relativa al sistema productivo en la que se interceptan también factores sociales y culturales.

Los medios para el acceso a la vivienda son dependientes del crédito hipotecario, de la inestabilidad del mercado laboral y de lo impredecible del sistema financiero, dinámica que configura un contexto en el que se hace necesario un modelo flexible para acceder a la vivienda. Esto nos sugiere replantear los conceptos de bien inmueble como inversión y la consideración de nuevas formas de renta, uso y ocupación de los bienes inmuebles de acuerdo a la diversidad y complejidad de las necesidades dadas por grupos sociales.

Alternativas para el acceso y uso de la vivienda

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Proyecto M.U.L.A. (Masoveria Urbana per la Llar Alternativa) Foto: Berta Vicente. Fuente: TEDxYOUTHBarcelona.

En oposición al modelo de compra y alquiler de la vivienda existen alternativas: modelos emergentes de cooperación que van asociados con las necesidades reales de los ciudadanos (muchos en situaciones al margen de la rueda económica). Es destacable que en la actual coyuntura socioeconómica surjan propuestas que se retoman del pasado, como la masovería: sistema reconocido en la ley 18/2007 y en la 4/2013, que consiste en pagar unos gastos mínimos por una vivienda a cambio de reformarla. Si bien ésta fórmula no pretende establecerse de forma generalizada (ciertamente es una opción más), sí que tiene incidencia en la modificación del patrón convencional de acceso a la vivienda que sostiene el sistema inmobiliario. Propone además, que es factible poner en marcha nuevos modelos para el acceso y uso de la vivienda, con una perspectiva que integre el concepto de lo común y con la inclusión ciudadana de forma activa considerando la diversidad social.

Una renovación conceptual sobre acceso y uso de la vivienda se entiende como la inclusión de otras formas de habitar que flexibilicen la estructura de un mercado inmobiliario rígido y monopolizado; alternativas dentro de un marco legal que permitan al ciudadano elegir cómo quiere acceder a una vivienda y cómo quiere habitarla, según su situación laboral, familiar o su capacidad de aporte.

La diversidad socio-cultural es un aspecto determinante en la que se deben fundamentar criterios legislativos, urbanísticos y arquitectónicos en relación a la vivienda, y como factores esenciales también son los relativos a usos, densidades, concentración, intensidad y movilidad. Entender que la sociedad está compuesta por diferencias generacionales, culturales y ocupacionales nos acerca a una de las características del problema del acceso a la vivienda: la estandarización de las necesidades.

Un aspecto interesante a considerar en la producción de la vivienda y su tipología es referente a la estandarización, fenómeno que pone de manifiesto nuevamente que la vivienda se considera como un producto con una fuerte carga ideológica. En este sentido, observamos que el diseño de la tipología de vivienda y su mercantilización se ha elaborado en función de una imagen socio-cultural predefinida por un modelo ejemplar según núcleo familiar y clase social. Es decir, la familia tipo: un modelo rígido y estático que se contrapone a lo que realmente define la sociedad contemporánea, su “liquidez”, inestabilidad y heterogeneidad.

Se entiende que el acceso a la vivienda es un asunto que comprende múltiples frentes, pero en el proceso de búsqueda de soluciones y alternativas se debe considerar también la diversidad y complejidad socio-cultural como un elemento determinante en la definición de nuevos modelos de adquisición y uso. Además, también es fundamental que desde la arquitectura se redefinan las tipologías de vivienda que se han pregonado como estándares desde la formación de la ciudad burguesa, desde el advenimiento del baby boom y de la sociedad fordista, modelos que están caducados.

La arquitectura tiene un compromiso con el espacio para adecuarlo a las necesidades cambiantes de la sociedad; necesidades reales y objetivas. Por otro lado, la práctica  insostenible de especulación sobre el territorio que se ampara en la construcción de vivienda es también un modelo caduco, sobre todo considerando las posibilidades que ofrece el parque inmobiliario existente. Reformar y rehabilitar antes que construir, es una propuesta sostenible que conduce necesariamente a redefinir la práctica constructiva desde la arquitectura y contra el monopolio de la construcción especulativa.

Si para David Harvey el derecho a la ciudad parte del impulso común de querer transformar la ciudad en función de nuestros deseos [5], podemos extrapolar ésta premisa a la lucha por el derecho a la vivienda; que no es más que el impulso de querer modificar las reglas del juego para hacer visibles otras realidades, para hacer factible alternativas que se adapten a las necesidades y posibilidades de los distintos grupos sociales.

 

Sabrina Gaudino Di Meo | @gaudi_no

 

*Este artículo fue escrito por Sabrina Gaudino y publicado anteriormente en La Ciudad Viva: http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=29930

Notas:

1. Derecho Universal a una vivienda. En Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 25, apartado 1.

2. Lois González, R. González Pérez, J.M. y Escudero Gómez, L.A. (2012). Los espacios urbanos. El estudio geográfico de la ciudad y la urbanización. (p. 324) Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.

3. Bauman, Zigmunt (2000). Modernidad líquida. (p.140). México: Fondo de cultura económica.

4. Vinuesa Angulo, J. De la Riva, J.M. & Palacios, A. El fenómeno de las viviendas desocupadas. Ministerio de Vivienda. FUAM. Madrid.

5. Harvey, David. (2012). Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. (p. 20). Madrid: Ediciones Akal, S.A.

Reactivación sociocultural y participación ciudadana: elCASC en el Centro Histórico de Villena

El certamen de activación socio-cultural elCASC surge del interés por el rescate de las tradiciones locales, la puesta en valor del potencial sociocultural y la necesidad de una reactivación urbana del Centro Histórico de la ciudad de Villena. Un trabajo conjunto entre el Ayuntamiento de Villena, la oficina de arquitectura El Fabricante de Espheras y la sede de la Universidad de Alicante en Villena. elCASC es un encuentro, en formato festival, de estudiantes y profesionales de todo el mundo que desde distintas disciplinas -arquitectura, arte, urbanismo, educación social, entre otras- trabajan en talleres, actividades y conferencias contando con la colaboración de los habitantes de la ciudad. Los talleres y actividades tienen un carácter lúdico y pedagógico orientado a crear vínculos a través de la participación ciudadana entre los habitantes de la ciudad, sus costumbres, tradiciones y en relación con su entorno.

elCASC de Villena en uno de los talleres de la edición del año 2015: “Join-Me CASC” por ARAE Patrimonio y Restauración + Que viene el lobo! Café Taller. Fuente: elCASC
elCASC de Villena en uno de los talleres de la edición del año 2015: “Join-Me CASC” por ARAE Patrimonio y Restauración + Que viene el lobo! Café Taller. Fuente: elCASC

El equipo del estudio El Fabricante de Espheras nos habla de Villena y del contexto que propició el surgimiento del festival. Conoceremos un poco de la ciudad a través de un breve repaso por su contexto urbano, sus condiciones socioeconómicas y las actuaciones emprendidas por el Ayuntamiento para la revitalización urbana del casco antiguo, de las que elCASC forma parte.

Paisaje de Villena 2016, vista desde la Sierra de la Villa. Fuente: Santi Hernández.
Paisaje de Villena 2016, vista desde la Sierra de la Villa. Fuente: Santi Hernández.

El contexto urbano, social y cultural de Villena

Centro Histórico de Villena. El Castillo de la Atalaya sobre las faldas de la Sierra de la Villa. Fuente: Laura Álvarez Yrazusta
Centro Histórico de Villena. El Castillo de la Atalaya sobre las faldas de la Sierra de la Villa.
Fuente: Laura Álvarez Yrazusta

Villena es una ciudad de 35.000 habitantes situada al noroeste de la provincia de Alicante y a una altitud de 500 metros sobre el nivel del mar. El Centro Histórico es de origen medieval y su estructura urbana base data de los siglos XIV y XV [1] pero la historia registra datos de asentamientos de población en ésta zona desde el Paleolítico Medio. Además en registros arqueológicos encontramos que ésta ciudad posee un tesoro orfebre de gran valor conocido como el “Tesoro de Villena” que data de la Edad del Bronce, así como el yacimiento arqueológico “el Cabezo Redondo”. La ubicación geográfica estratégica de la ciudad, que la puso en el mapa como lugar de paso en el tránsito hacia las comunidades fronterizas de Valencia, Murcia y Castilla la Mancha, el éxodo rural que se produjo a mediados del siglo XX así como la inmigración de los habitantes de otras comunidades, fueron tejiendo una estructura social y cultural particular. El municipio de Villena forma parte de una comarca nutrida de recursos naturales, su riqueza agrícola y los recursos hídricos configuran un enclave de gran interés paisajístico. En su casco antiguo se preserva un importante patrimonio arquitectónico, histórico y cultural en sus monumentos, plazas y jardines declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1968 y actualmente es Bien de Interés Cultural.

Villena. Fuente: Santi Hernández
Villena. Fuente: Santi Hernández

A partir de los años sesenta con el nuevo planeamiento y el desarrollismo de ésta época la ciudad empieza a crecer hacia el Norte, configurándose a partir sus límites preexistentes: la Sierra de la Villa al Este -en cuyas faldas se asienta el casco antiguo-, la infraestructura ferroviaria al Oeste y los terrenos agrícolas al Sur.

En el período que ocupa los años sesenta hasta bien entrado los noventa, en paralelo al crecimiento que se estaba produciendo en la ciudad, el Centro Histórico de Villena se encontraba en un proceso de degradación. Por un lado la obsolescencia de las edificaciones e instalaciones urbanas del casco antiguo configuraban un paisaje deteriorado; algunas de las viviendas excavadas en la montaña (casa-cueva) se encontraban en mal estado debido al abandono. Por otro lado se hacía evidente la carencia de equipamientos sanitarios, culturales, deportivos y de espacios verdes. Ésta situación llevó a que desde la administración se promoviera la renovación urbana y la mejora de las condiciones de vida a través de varias operaciones. Con la construcción de la autovía A-31 hubo que derribar algunas viviendas del centro histórico, esto permitió definir nuevos espacios abiertos en la trama urbana del casco antiguo, especialmente en el área cercana al Castillo. Para reubicar a la población con menos recursos del Centro Histórico se construye un Poblado de Absorción hacia el Este, al otro lado de la autovía.

El abandono progresivo del Centro Histórico durante estos años fue configurando una imagen “desestructurada” de este contexto. En este entorno deteriorado y deshabitado devienen problemas de índole social; la zona alta del Centro Histórico se convirtió en un lugar franqueado por la delincuencia, haciendo de este espacio una zona intransitable para la población de Villena que dejó de recorrer y frecuentar el casco antiguo, lo que también fue mermando su potencial turístico e interés en habitarlo. A finales de la década de los noventa el Ayuntamiento se centró en intentar revertir esta situación de deterioro social, degradación urbana y sociocultural poniendo en marcha políticas enfocadas en la revitalización del casco antiguo que promovieran también el desarrollo turístico de la ciudad. En el año 2009 se aprobó por unanimidad el Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Histórico-Artístico de la Ciudad de Villena.

De acuerdo a los problemas sociales, culturales y económicos antes mencionados y según datos demográficos recogidos por el Plan Especial [2], en distintos sectores de la ciudad, pero sobre todo en el casco antiguo, se presenta “una convivencia problemática entre habitantes de etnia gitana y payos”, produciéndose un nivel alto de segregación. Por otro lado, las dinámicas económicas y urbanísticas han incidido en que Villena tenga un carácter mayoritariamente residencial con un 78% de edificaciones destinadas a vivienda. El resto de actividades se distribuyen en comercio terciario algunos relacionados con la huerta, la industria o la artesanía pero sin una significativa repercusión económica en la sociedad, lo que se traduce en una elevada tasa de desempleo -en la mayoría de subsectores- que para la fecha en la que se publica el plan era del 75% [3]. Este contexto favorece las migraciones de la población más joven hacia otras comunidades, lo que resulta una tasa del 70% de población residente no activa en la que se distribuyen jubilados y estudiantes.

La Concejalía del Centro Histórico, que se crea como una estructura administrativa a partir del Plan Especial, trabaja con un equipo técnico multidisciplinario buscando soluciones a través de los instrumentos normativos de la planificación y la acción ciudadana. En paralelo comienzan a tomar protagonismo las Asociaciones de Vecinos, como por ejemplo la Asociación de Vecinos del Rabal, que tiene un papel importante en el desarrollo de actividades enfocadas en la reactivación del barrio. Con el apoyo de la Concejalía, las Asociaciones van desarrollando diversas acciones durante el año para colocar a la ciudad como un punto de interés turístico. Se invitan a vecinos de Villena y turistas a las distintas actividades que organiza la Asociación de Vecinos del Rabal, como las Fiestas del Medievo, el Rabal Fest, Habas y Caracoles y Halloween. Otras Asociaciones de Vecinos locales como la del barrio de San Antón, Las Pencas de la Laguna, Los Nabos del Pinar, y Ermita de San José, participan en éstas y otras actividades relacionadas con la mejora del patrimonio o la integración social.

Con estas iniciativas buscan generar un cambio de percepción de la población local hacia el casco histórico que facilite la reactivación social de los espacios degradados, a la vez que les permite recaudar los fondos necesarios para abordar la mejora física. Parte de la sociedad se va organizando según los objetivos que quieren cumplir, desde la recuperación de tradiciones locales hasta la restauración del patrimonio. El equipo de El Fabricante de Espheras nos cuenta un caso ejemplar, entre otros, como lo es el de la Asociación de la Ermita de San José, que a través de la venta de tortas de azúcar en el Mercado Medieval consigue los fondos necesarios para ejecutar y acometer ellos mismos la restauración de la Ermita, un asunto que antes se daba por perdido. Al cumplir un objetivo inician otro, por ejemplo la restauración de la campana de la Torre de Santa María y actualmente el reloj de la Iglesia. Estas acciones tienen un impacto muy positivo en la población puesto que los ciudadanos se van involucrando en la mejora de su entorno. Sin embargo permanecen subyacentes los principales problemas del casco antiguo. Sigue la degradación de las viviendas por la imposibilidad de la administración de ejecutar su rehabilitación al tiempo que no se consigue repoblar el Centro Histórico por la degradación y la falta de interés en habitarlo.

Durante este proceso en el que tanto sociedad organizada y administración trabajaban por mejorar el casco antiguo, los encargados de ejecutar la revitalización desde la oficia técnica de la Concejalía del Centro se hacen conscientes de que el Plan Especial como herramienta es limitado puesto que no tiene la capacidad de actuar de forma rápida y directa. A partir de este momento Ayuntamiento y Asociaciones de Vecinos se coordinan para trabajar en conjunto en la reactivación del entorno para solucionar los persistentes conflictos sociales y promueven actividades en conjunto. De esta iniciativa surgen actividades como las jornadas “BIC” (Bien de Interés Cultural) de recuperación y puesta en valor del Centro Histórico, el Mercado de las Flores y el “Encalijo” que ante la llegada de las fiestas patronales y con la intención de recuperar el oficio del encalador los vecinos participan encalando las paredes de el casco antiguo.

De la recuperación de las tradiciones al surgimiento de elCASC

Las iniciativas de reactivación del casco antiguo llevadas a cabo por los habitantes de Villena a través de las Asociaciones de Vecinos junto con las políticas emprendidas por la Concejalía definieron un contexto abierto y flexible para recibir nuevas aportaciones. Se había allanado el terreno de las relaciones sociales y de la percepción hacia el entorno; tanto población como administración estaban receptivos a nuevas propuestas para mejorar su Centro Histórico.

Actividades para la recuperación de los oficios tradicionales. De Izda. A Drcha. 1. La “Encalijá”, actividad desarrollada en el taller: “Territorios habitables. Espacios para aprender” por CPESRM. 2. “Canastero”, Frasquito y Teresa muestran la técnica para trabajar la caña. 3. “Labra en piedra” por ARAE. Fuente: elCASC
Actividades para la recuperación de los oficios tradicionales. De Izda. A Drcha. 1. La “Encalijá”, actividad desarrollada en el taller: “Territorios habitables. Espacios para aprender” por CPESRM. 2. “Canastero”, Frasquito y Teresa muestran la técnica para trabajar la caña. 3. “Labra en piedra” por ARAE. Fuente: elCASC

En el año 2012 El Fabricante de Espheras estaba preparando para el IFAC (International Festival of Art and Construction) el taller “Blanco de España” con el objetivo de recuperar el oficio del encalador y la cal como material respetuoso con el patrimonio. La recuperación y restauración del patrimonio es parte de las líneas de trabajo que desarrollan en el estudio. Casualmente llega a ellos la noticia de “La Encalija de Villena”, difundida por los medios de comunicación autonómicos y esto les anima a acercarse a la ciudad para observar un proceso que de forma paralela ellos también estaban emprendiendo. Contactan con la Concejalía del Centro Histórico de Villena para participar en la encalijada y a través de ésta asistencia se producen los primeros intercambios de ideas que vendrán a continuación. César Haba, dinamizador del Centro Histórico y encargado de organizar y coordinar estos eventos con las Asociaciones de Vecinos, se interesa en el trabajo que estaba desarrollando El Fabricante de Espheras para el festival del IFAC y pretende aplicar este concepto como fórmula para dinamizar el Centro Histórico de Villena. Así se propone elCASC como herramienta de reactivación lúdica, pedagógica y participativa.

Talleres didácticos, recreativos y participativos. De izda. a drcha. 1.”Seed Guerrilla” por Equipo Liquen. 2.”Urbanismo callejero” por Senyor Mixuro. 3.“Agronautas. Nuevas realidades urbanas” por Pez Estudio. Fuente: elCASC
Talleres didácticos, recreativos y participativos. De izda. a drcha. 1.”Seed Guerrilla” por Equipo Liquen. 2.”Urbanismo callejero” por Senyor Mixuro. 3.“Agronautas. Nuevas realidades urbanas” por Pez Estudio. Fuente: elCASC

Si bien el formato de festival tiene mucho potencial, por sus características de programación y duración en la que la participación de estudiantes y profesionales foráneos de diferentes disciplinas le dan estructura al evento, para el equipo de El Fabricante de Espheras era necesario añadirle un “plus” a este concepto. Como comenta el equipo: “con elCASC se quiso añadir al formato festival una pata más de arraigo, de conexión con la realidad urbana y eso era justo lo que querían por parte del ayuntamiento de Villena”.

A nosotros nos gustaba mucho el formato de festival, creíamos mucho en él, lo disfrutamos muchísimo pero veíamos mucho más interés en la vinculación con lo real, con lo urbano, con la ciudad. Creemos en el poder de todos esos estudios, todos esos trabajos, todas esas energías que se ponen durante diez días por parte de tantas personas y consideramos que deben servir para alguna cosa, que dejen de alguna forma su huella y mejoren la realidad urbana. Ofrecer la posibilidad de realizar talleres desde perspectivas diferentes sobre la ciudad, gente desde la fotografía, desde el arte, desde la arquitectura, desde la educación social, todos juntos trabajando durante diez días y compartiendo problemas y hablando sobre ellos. También la descontextualización de traer participantes desde fuera de Villena era añadir esa visión fresca de gente de fuera estudiando la situación desde muchos puntos de vista que podía ofrecer una perspectiva más cercana a la realidad. Esa era también de las principales preocupaciones o motivaciones que tenía el festival.

Uno de los talleres desarrollados en la edición de elCASC de 2014: “ Reactable” por Desayuno con Viandantes. Fuente: elCASC
Uno de los talleres desarrollados en la edición de elCASC de 2014: “ Reactable” por Desayuno con Viandantes. Fuente: elCASC

En el año 2013 se inaugura la primera edición del Certamen de Activación Socio-Cultural elCASC. A diferencia de otros festivales elCASC nace con una preocupación y vocación por lo urbano y con la clara intención de establecer vínculos con el lugar, con su historia, su identidad y sus costumbres para generar un cambio de percepción de los habitantes hacia su Centro Histórico. El contenido temático de los talleres y las conferencias se elaboran a partir de las necesidades de la ciudad y de sus habitantes, considerando las condiciones particulares del contexto. Un proceso que pone de manifiesto los potenciales sociales y culturales como impulsores de la reactivación urbana, al tiempo que se define una herramienta pedagógica que complementa al planeamiento dado su carácter más social y flexible, actuando como grupo motor de participación e instrucción.

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Participación en los talleres llevados a cabo en las ediciones de elCASC. Fuente: elCASC
Participación en los talleres llevados a cabo en las ediciones de elCASC. Fuente: elCASC

Diez días, cien estudiantes, tutores e invitados magistrales, talleres, conferencias, mesas de debate, recorridos históricos, excursiones por el paisaje natural y una serie de actividades lúdicas y recreativas le dan forma al festival de elCASC cada verano. Desde su inauguración y hasta la fecha han sido partícipes de este festival más de trescientos estudiantes y profesionales de todas partes del mundo, se han llevado a cabo veintidós conferencias y treinta y siete talleres distribuidos en el desarrollo temático de lo urbano, el arte, el medio ambiente, lo social y el patrimonio. Entre los tutores se ha tenido el privilegio de contar con la participación de destacados profesionales y equipos multidisciplinarios como ARAE Patrimonio y Restauración, Zuloark, Desayuno con Viandantes, Espai MGR, Paco Ortí, CPESRM, Equipo Liquen, Grupo Aranea, PKMN, Crearqció, Monodestudio, L2F, Grup Sociograma, Adrián Torres, Senyor Mixuro, Verbo Estudio, Afterart, Espai Espill, Aabside, Araekids, Pez Estudio, Geógrafos.org, Edu Comelles, Gres, entre otros. Así como diversos ponentes investigadores y académicos especializados en las distintas líneas temáticas que se desarrollan en el festival. Destacar también la valiosa implicación y participación de las Asociaciones de Vecinos de Villena: el Rabal, San Antón, San José, Tuareg, Nazaries, Maseros, así como el aporte de colaboradores y patrocinantes como ACTIU, Ferri, Athenea, pinturas Danco o Grafiblás, entre otros, que aportan su grano de arena para que elCASC sea posible.

 “Cuevas Monu-Bench y Parlamentos Urbanos”, taller de intervención en el espacio público, patrimonio e identidad. Zuloark y PKMN en la edición del año 2013. Fuente: elCASC.

“Cuevas Monu-Bench y Parlamentos Urbanos”, taller de intervención en el espacio público, patrimonio e identidad. Zuloark y PKMN en la edición del año 2013. Fuente: elCASC.

Las líneas temáticas que se han venido desarrollando en las ediciones de elCASC se abordan desde distintas especialidades, éstas componen el contenido de los talleres, conferencias y actividades. Los temas desarrollados son:

  • Lo social, área en la que se trabaja con la población a través de sus relaciones y valores culturales estimulando la participación ciudadana y el emprendimiento, así como la recuperación de los oficios tradicionales, la mejora de la convivencia diaria y la integración social.
  • La arquitectura y la construcción colectiva del espacio público, el urbanismo y el planeamiento participativo, la recuperación del patrimonio y la historia local poniendo en valor sus monumentos, su espacio público y su entorno construido.
  • La sostenibilidad y las posibilidades de desarrollo local a través del reciclaje y la revitalización.
  • El paisaje y sus recursos, la huerta y el territorio agrícola como motor económico local, los recursos arqueológicos y su valor cultural e histórico.
  • La tecnología y las TIC aplicadas en las distintas líneas temáticas.
  • El arte en casi todas sus expresiones, la música, el baile, la fotografía, el cine, la escultura, así como la gastronomía y el patrimonio inmaterial.

Izda. Iniciativa urbana efímera “El Tejo-Tejo” por Carpe-Via en la edición de 2014. / Drcha. Taller “Territorios habitables. Espacios para aprender” por CPESRM (Miguel Ángel Martínez y Virtudes Tomás) en la edición de 2013. Fuente: elCASC
Izda. Iniciativa urbana efímera “El Tejo-Tejo” por Carpe-Via en la edición de 2014. / Drcha. Taller “Territorios habitables. Espacios para aprender” por CPESRM (Miguel Ángel Martínez y Virtudes Tomás) en la edición de 2013. Fuente: elCASC

Como parte del conjunto de instrumentos que han intervenido en la mejora del Centro Histórico de Villena, elCASC constituye uno de los motores para la activación urbana junto con el Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Histórico-Artístico de Villena 2000-2010, el Programa de Revitalización Urbana y Social del Centro Histórico de Villena 2008-2013 y la Estrategia Territorial de Villena + innovación 2012-2014. Para la planificación también ha servido como un instrumento de evaluación en cuanto a que el desarrollo de las actividades y talleres han producido una gran cantidad información que ha definido una línea de análisis complementario para el desarrollo de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI).

Talleres: 1. Playtime Villena. Interacción y respuesta, por Desayuno con Viandantes. elCASC 2013 / 2. Entre Ollas. La cuina furtiva. elCASC 2015. / 3. (Re) Acción crítica del espacio, por GRES (Grup de Reserca de Educació Social), elCASC 2104. Fuente: elCASC
Talleres: 1. Playtime Villena. Interacción y respuesta, por Desayuno con Viandantes. elCASC 2013 / 2. Entre Ollas. La cuina furtiva. elCASC 2015. / 3. (Re) Acción crítica del espacio, por GRES (Grup de Reserca de Educació Social), elCASC 2104. Fuente: elCASC

En cuanto a los reconocimientos elCASC ha recibido varios galardones. Recientemente ha sido elegido para “N.I.C.E. Award” que organiza el Centro Europeo de Economía Creativa, y seleccionado para el catálogo de Active Public Space como una de las mejores experiencias urbanas. En 2015 el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, en reconocimiento a su trabajo como impulsor y herramienta de participación y labor social, le otorga el premio “COACV Solidario 2013-2014”, y en 2014 recibe el premio “Young Planning Professionals Award”, por “su capacidad de coordinar a los distintos agentes implicados en la regeneración urbana”.

1. Taller: Redescubriendo el hogar, por ARAE Patrimonio y Restauración, elCASC 2014. / 2. Taller: Derecho al pedaleo, por Equipo Liquen en la edición de elCASC 2015. Fuente: elCASC
1. Taller: Redescubriendo el hogar, por ARAE Patrimonio y Restauración, elCASC 2014. / 2. Taller: Derecho al pedaleo, por Equipo Liquen en la edición de elCASC 2015. Fuente: elCASC

Más allá de elCASC

El nivel de organización entre los distintos actores sociales, la confluencia de intereses y esfuerzos encaminados hacia lo común determinan una mayor capacidad para comprender la complejidad urbana. Esto define el trabajo que se ha venido desarrollando en el casco antiguo de Villena, con las acciones emprendidas por la Concejalía del Centro Histórico en conjunto con las Asociaciones de Vecinos, la Universidad de Alicante a través de su sede universitaria en Villena y elCASC. Buena parte de los resultados positivos que se han generado en el casco antiguo han sido producto de la acción conjunta de estos ejes motores. Y aunque elCASC tiene una duración determinada, dado su formato, su permanencia reside en las luces que ha encendido.

En un acercamiento a los resultados de elCASC el equipo de El fabricante de Espheras nos resume su aporte cuantificable en:

  • 15 opciones para regenerar espacios degradados;
  • 14 Actividades sobre integración y participación;
  • 5 oficios tradicionales por recuperar: el encalador, el cestero, la construcción con caña, el labrado de la piedra y la construcción con tapia.

En cuanto a los agentes involucrados en el desarrollo de elCASC apuntan:

  • 8 Asociaciones involucradas
  • Más de 150 personas locales involucradas (no participantes)
  • 5 Comparsas del centro histórico involucradas
  • Más de 30 empresas locales patrocinadoras.

Uno de los logros del festival ha sido el cambio positivo de percepción de los habitantes de la ciudad hacia su Centro Histórico, otrora confinado en la memoria como un lugar no grato. Esto se ha manifestado en el incremento del interés por parte de la ciudadanía en habitar de nuevo el casco antiguo. Actualmente está en funcionamiento el proyecto “Vivir en el Centro Histórico Villena”, un trabajo conjunto entre la Asociación de Vecinos del Rabal y la Oficina de Rehabilitación y Dinamización del Casco Histórico. Estos entes a través de un convenio con el Ayuntamiento y desde una plataforma web co-gestionada por la Asociación de Vecinos del Rabal, el Ayuntamiento organiza la subasta de viviendas a precios accesibles, así como el alquiler de inmuebles. También los talleres desarrollados en elCASC han motivado la implicación de los habitantes de Villena en la organización de actividades para las ediciones sucesivas del festival, y otras han sido embriones en la formación de nuevas asociaciones y colectivos que trabajan en la ciudad.

elCASC sirve para eso, para cambiar esa percepción, ese chip de la gente donde surgen nuevas propuestas que tienen su vida propia. elCASC no las fomenta pero de alguna forma ha generado el contexto para que eso pueda surgir. Nos gusta decir que para nosotros elCASC es un tablero de juego que montamos durante un año para que luego durante diez días pasen cosas inesperadas. La gran mayoría se planifican pero tenemos la conciencia o la certeza de que en el momento en el que juntas a mucha gente, a muchas perspectivas diferentes siempre surgen más cosas de las que puedes llegar a pensar. Entonces de alguna forma eso no sólo pasa en diez días sino que a posteriori también ese tablero de juego que has montado ha servido para cambiar esa perspectiva de la gente que está de normal, de continuo en Villena. De alguna forma elCASC también ha servido para revitalizar y animar el interés por el Centro Histórico, de hecho hemos recibido comentarios de alguna persona, que actualmente vive en el Centro Histórico, que nos ha dicho: “no estaría aquí si no es por elCASC”. Sólo con estas pequeñas cosas que te llenan tanto como para decir que sí sirve de algo todo este esfuerzo que le estamos poniendo a este festival y creemos que de alguna forma complementa todas esas actividades que hace el Ayuntamiento y la Asociaciones, cada uno se mueve en ámbitos diferentes pero todos en una misma línea.

 

Sabrina Gaudino Di Meo | @gaudi_no

Notas:

  1. I. Ayuntamiento de Villena. Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Histórico-Artístico de la Ciudad de Villena (2009). Apartado 2.1.1- Estudio Histórico (p. 21)
  2. I. Ayuntamiento de Villena. Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Histórico-Artístico de la Ciudad de Villena (2009). Apartado 2.1.6- Actividad Urbana (p. 32)
  3. I. Ayuntamiento de Villena. Plan Especial de Protección y Conservación del Centro Histórico-Artístico de la Ciudad de Villena (2009). Apartado 2.2.1- Antecedentes: Resumen de otros estudios (p. 61)

* Todas las imágenes del texto han sido facilitadas por la oficina El Fabricante de Espheras. También se puede acceder al dossier de resultados con fotografías de las ediciones de elCASC en: http://www.elcasc.com/resultados/

Población y recursos en la base de la sociedad industrializada

La base del desarrollo de las sociedades ha sido la necesidad de alimentación, un rubro esencial e inseparable de la existencia humana. Los medios de sustento y las formas de organización humana no han diferido mucho de las que hoy también estructuran la sociedad contemporánea, mayoritariamente industrializada. Los recursos naturales y las formas de explotación relativas a estos medios configuraron distintos tipos de estructuras sociales, economías y sistemas políticos, los cuales se constituyen como base fundamental desde las civilizaciones más antiguas hasta la industrializada sociedad contemporánea.

A lo largo de la historia hemos estudiado sociedades con modelos que se estructuran a partir de la forma en que se organiza el trabajo dentro del núcleo social, esto es evidencia de la relación entre la actividad y la ocupación o función de los integrantes de dicho núcleo. De acuerdo al tipo de organización se produce una forma de sociedad que basa sus leyes y reglas en función de sus creencias, costumbres y visiones acerca de su entrono, esto define la dimensión cultural. Por otro lado las condiciones del medio también tienen una importante influencia en la dimensión cultural y por ende en la evolución de las estrategias adaptativas.

En antropología encontramos un concepto que describe el sistema de producción económica de grupos sociales a partir de sus características, estas son las denominadas estrategias adaptativas que plantea el antropólogo Yehudi Cohen: forrajeo, horticultura, agricultura, pastoreo e industrialización [1].  Algunos de estos sistemas categorizados subsisten desde hace aproximadamente unos 10.000 años, como el forrajeo que representa una minoría y sin embargo es dependiente de un sistema de estado. La industrialización -como sistema dominante y con el que algunos de los demás sistemas tienen relación- se produjo como parte de un proceso inevitable en la carrera por la subsistencia y la evolución social con base en dos factores principales: el aumento de la población y la necesidad de abastecimiento. El sistema económico no lejos de este proceso también se constituyó como forma inherente en la construcción del engranaje productivo, y en relación a ésta forma de producir y consumir se configura la base funcional del capitalismo y de la dimensión social, política y cultural contemporánea.

sociedad-industrializada

En el desarrollo de las civilizaciones la transformación de las creencias, costumbres y visiones acerca del mundo, los avances tecnológicos y las migraciones, en paralelo al crecimiento poblacional, definieron un nuevo modelo de organización social relativo al momento evolutivo. Desde la estrategia adaptativa del forrajeo, que pudo sostenerse en base a la recolección y la caza sin la concepción de producción (hoy en menor medida aunque con dependencia de la economía del estado-nación), se puede reconocer que la ruptura entre la sociedad no industrializada y la industrializada se produce precisamente cuando surge la necesidad de abastecer y de procurar enseres a una mayor cantidad de personas. El desarrollo tecnológico, como uno de los principales motores evolutivos asociado a las ciencias y a los procesos de explotación de los recursos, fue determinante en la formación de la etapa industrial a partir de la que se configuró una sociedad apoyada en una economía y política estructurada a su medida; ésta sociedad es la caracterizada por las tres dimensiones de la estratificación que propone Weber: riqueza, poder y prestigio.

Observando el proceso histórico y evolutivo de las estrategias adaptativas surge la pregunta de cómo se configurará y definirá el próximo escenario, la siguiente estrategia adaptativa que, relacionada con la necesidad de alimentación como base secular de la economía y al aumento de población, también supondrá una transformación de los medios de producción y consumo. Esto nos conduce a reflexionar sobre un elemento principal en la dinámica evolutiva de las estrategias adaptativas: la población y su crecimiento.

La población como determinante en la evolución de las estrategias adaptativas

Un factor determinante en el proceso de transformación-evolución del sistema de producción es la población. La necesidad de cubrir los requerimientos de un grupo más numeroso condujo, necesariamente, a nuevos modos de abastecimiento en los que la recolección y la caza se quedaban cortos. La domesticación de animales y la agricultura definieron una forma de organización en torno a la forma productiva sobre los recursos disponibles y su desarrollo obligó a elaborar sistemas eficientes para maximizar la producción y reducir los costos asociados. Por tanto en el proceso evolutivo de las formas básicas de sustento se establece una relación con el número de población siendo ésta una determinante en la conformación del actual sistema económico y político.

La-población-como-determinante-en-la-evolución-de-las-estrategias-adaptativas

Por otro lado, con el aumento exponencial del tamaño poblacional y de la densidad se producen ciertas desventajas, algunas de las cuales tienen que ver con los conflictos asociados a la extracción de recursos y el territorio, un resultado que parece inevitable en la carrera por la subsistencia. Las dificultades que plantea el aumento de población refieren la limitación del territorio disponible para su explotación, uso o usufructo, y las disputas y luchas -de diversas índoles- por el territorio para la obtención de tales recursos; a mayor población más necesidades, más competencia, haciéndose necesario un sistema más complejo de organización con base en lo económico y político, en el control y el dominio. De aquí que la estructura sea restrictiva con la consecuente estratificación que se manifiesta en todas las esferas sociales.

Otro de los problemas que plantea el aumento de población es la extinción de los recursos. En la actualidad una explotación intensiva de los medios necesarios para abastecer a una población -cada vez más numerosa- supondría una crisis por agotamiento en un escenario de conflicto, lo que determinaría un nuevo modelo de organización basado en la disponibilidad de recursos y quizás una nueva organización social. Recordemos que la agricultura, como forma de disposición de recursos y medios, fue uno de los elementos necesarios para la constitución de los estados. ¿A cuántos más puede soportar un sistema basado en el capital?, ¿qué formas de organización plantearía un escenario de escasez?, ¿quizás uno más restrictivo, estratificado y dicotómico?.

base-de-la-sociedad-industrializada

En la línea de lo expuesto es oportuno recordar lo que de forma magistral expuso Isaac Asimov en relación a los recursos y la población con “la Metáfora del Cuarto de Baño” y lo expresado en una conferencia dictada por él en el año 1974, “El Futuro de la Humanidad”, en donde se puede profundizar en las reflexiones dejando a un lado el matiz sensible sobre un tema tan controvertido como la relación entre el aumento de población y la disponibilidad de recursos:

“Bien, entonces, ¿qué es lo que haremos en el futuro?.

La población sigue creciendo. En estos momentos, la población está en el punto más alto de toda la historia del mundo; está justo debajo de los cuatro mil millones. Y el incremento, la proporción del aumento, es la más alta de toda la historia: dos por ciento al año. Nunca estuvo siquiera cerca de ese nivel. En este preciso momento, la población está aumentando en doscientas mil bocas hambrientas cada día. Para el año 2000, si no ocurre ninguna catástrofe, la población de la Tierra será de siete mil millones. Nadie piensa que la provisión de alimentos casi se doblará para el año 2000. Es probable que la producción de alimentos no aumentará mucho, en realidad. Habrá terroríficas cantidades de afectados por el hambre.

[…]

La única cosa es, ¿es necesario que nuestros números resulten controlados de la misma forma que ha sucedido con todas las otras especies?. Tenemos algo que otros no tienen; tenemos cerebros. Podemos prever. Podemos planificar. Podemos ver soluciones que sean humanas.” (I. Asimov, 1974)

Este artículo fue escrito por Sabrina Gaudino para Ssociólogos. Disponible en: http://ssociologos.com/2015/10/26/poblacion-y-recursos-en-la-base-de-la-sociedad-industrializada/

Notas:

[1] Kottak, C. (2011). Antropología cultural. (p.175). México: Mc Graw Hill.

[2] Asimov, Isaac. (1974). El futuro de la humanidad. Conferencia de Isaac Asimov, celebrada en Newark, USA, en el Colegio de Ingeniería. Extraído de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/el_fHuman.pdf

Fuente de las imágenes:

Recetas urbanas II: la bicicleta en la ciudad

La bicicleta tiene una larga historia, algunos testimonios revelan que este vehículo existió en una forma primitiva (compuesta por dos ruedas unidas por una barra) en las antiguas civilizaciones de China, India y Egipto, pero la evolución de esta máquina rudimentaria no se produjo hasta el siglo XIX. Desde entonces la máquina andante, como la llamó el barón Drais von Sauerbronn, ha ido mejorando sus componentes y aumentado su presencia en la ciudad contemporánea, como vehículo pero también como instrumento deportivo. Más allá de la historia comprobamos que la bicicleta es uno de los medios de desplazamiento más efectivo, amigable y sostenible.

En la actualidad observamos que el uso de la bicicleta va en aumento, a pesar de que es difícil conseguir datos precisos de barómetros sobre movilidad (en España la DGT1que publicaba anualmente el barómetro dejó de hacerlo en 2011) los datos encontrados en cuanto a cifras generales en la ECF2 indican que efectivamente existe un incremento del uso. Esto es evidencia de que la conducta de los ciudadanos que eligen este medio de transporte hacen posible un cambio de paradigma. Además, ésta realidad también demuestra que el comportamiento ciudadano -sus elecciones y acciones- tienen incidencia en las actuaciones políticas, y tanto más incidencia en el medio social y ambiental que las propias iniciativas políticas. Estamos ante el poder de la masa crítica.

La bicicleta en la ciudad. Integrada como sistema de movilidad sostenible. Fuente: ECF (European Cyclists's Federation)
La bicicleta en la ciudad. Integrada como sistema de movilidad sostenible. Fuente: ECF (European Cyclists’s Federation)

En lo sucesivo no vamos a dilatarnos sobre asuntos como los muchos beneficios que produce el uso de la bicicleta en la ciudad, el potencial que tienen las ciudades de ser el más grande y rentable gimnasio para sus ciudadanos, y la calidad ambiental que conseguiríamos si se redujera el uso del automóvil en los centro urbanos y se aumentara el de la bicicleta. No hablaremos de todo aquello porque sabemos que esa evolución nos conducirá a un resultado positivo, sin embargo en lo que debemos centrar la dialéctica es en el conocimiento de los instrumentos y medios por los que los procesos de cambio se producen. La organización ciudadana, la información, divulgación y el interés público por los asuntos políticos, definen la dimensión de la acción. Organizarnos para que ese cambio se produzca y para hacerle entender a quienes nos gobiernan -que de paso están elegidos por nosotros- que debemos seguir por un determinado camino, más amigable con el medio ambiente, saludable y seguro. Tenemos un buen ejemplo en los Países bajos, ¿cómo lo hicieron?, ¿es cierto que la acción ciudadana puede mover montañas?.

Referencias y referentes

Es recurrente hacer referencia a escenarios foráneos donde el cambio de modelo de movilidad ha sido un éxito comprobado en los últimos treinta años. No en vano escuchamos innumerables veces citar a países como Holanda o Dinamarca como referentes ejemplares en este ámbito. Son países que si bien tienen condiciones climáticas, económicas, culturales y políticas distintas no dejan de ser sociedades en las que también se padecieron los males del fordismo; a saber, contaminación ambiental (aire y sonido), altas tasas de mortalidad producidas por accidentes relacionados con el automóvil, reducción del espacio público y de la infraestructura ciclista… en conclusión una contundente merma de la calidad de vida. Este período fordista coincide en casi la mayoría de países que, luego de la Segunda Guerra Mundial, consiguieron el resurgir de su economía y en consecuencia un aumento exponencial del consumo, la producción y la motorización de las ciudades.

“¿Cómo consiguieron los holandeses su infraestructura para bicicletas?”. Protesta Ámsterdam, 1979. Fuente: bicycledutch.
“¿Cómo consiguieron los holandeses su infraestructura para bicicletas?”. Protesta Ámsterdam, 1979. Fuente: bicycledutch.

A principios de la década del 70 se produce una crisis que puso en jaque a los países desarrollados y dependientes del crudo. La primera crisis del petróleo (1973) determina en Holanda el giro copernicano -obligado- en las políticas de movilidad. En esa fecha el primer ministro holandés Joop den Uyl anuncia a la población unas medidas necesarias para ajustar el consumo energético a causa de la crisis del petróleo. Aquellos ajustes, decía, representarían un cambio de vida, “hay que hacer frente a la crisis disminuyendo la dependencia de la energía sin perder calidad de vida”. Para conseguirlo se pusieron en marcha políticas para potenciar la bicicleta, se inició la progresiva reducción del uso del automóvil promoviendo el “domingo sin automóvil” para ahorrar en combustible, y poco a poco se prohibió la circulación del automóvil en el centro de la ciudad, desde entonces de forma permanente.

Continúe leyendo este artículo en La Ciudad Viva -> http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=28652

Este artículo escrito por Sabrina Gaudino para La Ciudad Viva

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Recetas urbanas: infraestructura verde y movilidad

Un día cualquiera en una ciudad cualquiera, los despertadores han sonado y la mayoría de ciudadanos se preparan para iniciar la ruta hacia sus destinos cotidianos; el trabajo, la universidad, la escuela… Estas actividades dependen en gran porcentaje de los medios de transporte a motor, sin embargo cubrir la distancia entre origen y destino representa el mayor gasto de CO2 y de energía por persona y un gran impacto en el medio ambiente.

Tipos de transporte más utilizados. Fuente: Do the Right Mix
Tipos de transporte más utilizados. Fuente: Do the Right Mix

La movilidad es un asunto que tiene relación con las costumbres sociales, con la estructura económica, con los medios de transporte en relación a la infraestructura disponible, y sobre todo con la política. En este sentido podríamos decir que todos estos elementos definen una cultura de la movilidad. Esto nos lleva a preguntarnos ¿cómo es la movilidad en una ciudad dotada de una infraestructura verde urbana?

Plano Infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz (Capital verde europea 2012). Representación del sistema de infraestructura verde urbana en clave de red o sistema interconectado: espacios núcleo, espacios nodo a través de conectores. Fuente: La infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz. Documento propuesta
Plano Infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz (Capital verde europea 2012). Representación del sistema de infraestructura verde urbana en clave de red o sistema interconectado: espacios núcleo, espacios nodo a través de conectores. Fuente: La infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz. Documento propuesta

Infraestructura verde, un concepto contemporáneo

La infraestructura verde urbana se define como un sistema transversal de espacios “naturales y seminaturales estratégicamente planificados” 2 que permiten el desarrollo de ciertas competencias urbanas y medioambientales con capacidad multifuncional y simultánea, a la vez que instrumento político, de planificación y ordenación aplicable en distintas escalas del territorio.

El concepto de infraestructura verde tiene su origen en la definición de los principios que abogan por proteger la biodiversidad y los espacios naturales del embate de la urbanización y de las actividades humanas. De esta forma, propuestas y objetivos en pro de la protección de los recursos naturales se configuran dentro de un marco político que, a través de la planificación, se proponen engranar de forma equilibrada las actividades y usos sobre el territorio.

El “verde” como infraestructura es una locución que adquiere sentido en la dimensión de la planificación en la sociedad contemporánea, a diferencia de lo que representaba el “verde” para el urbanismo del siglo XVIII, como un objeto de “escaparate” -recordemos aquellos monumentales jardines para la contemplación-.

En nuestra contemporaneidad el concepto de infraestructura verde se ha ampliado3, considerándose aquellos espacios verdes integrados en la ciudad como infraestructura verde urbana. Desde hace poco más de una veintena de años, la creación de instituciones con el objetivo de “garantizar la conservación de la biodiversidad” dentro del ámbito europeo, como la Red Natura 2000, LIFE y otros organismos, hasta la aprobación en 2011 de la “Estrategia de la Unión Europea sobre la Biodiversidad 2020”, han sido pilares en la construcción del concepto de infraestructura verde y del entender la naturaleza como un sistema integrante de la vida y no excluido del sistema urbano.

Infraestructura verde y cultura de la movilidad

Al principio nos preguntábamos cómo es la movilidad en una ciudad que ofrece una infraestructura verde urbana, y miramos el plano de la ciudad de Vitoria-Gasteiz como referente. Observamos un sistema de espacios verdes unidos a través de conectores que sirven de enlace-corredor, a la vez que se fomenta el uso de una movilidad no motorizada y donde la infraestructura viaria asume la intermodalidad facilitando el acceso al trasporte público. Es la representación de un sistema capaz de engranar dos elementos, verde y movilidad, aislados en el reparto por la lógica funcional de cada uno, pero que dada la necesidad de una movilidad sostenible -manifiesta en los planes de movilidad urbana sostenible (PMUS)- sirve de instrumento para relacionar de forma programada la interacción entre equipamiento verde y modelo de transporte sostenible.

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Este artículo fue escrito por Sabrina Gaudino para La Ciudad Viva

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El uso de la bicicleta es cuestión de cultura

Ciclistas: llueva, haga sol o una nevada. Fuente: Mikael Colville-Andersen https://www.flickr.com/photos/16nine/4368136709/sizes/l
Ciclistas: llueva, haga sol o una nevada. Fuente: Mikael Colville-Andersen https://www.flickr.com/photos/16nine/4368136709/sizes/l

En varias oportunidades algunas personas de mi entorno me preguntan cómo puedo ir siempre y a todas partes en bicicleta, todos los días del año, con lluvia, con frío en invierno, con calor en verano, subida en tacones de 10 cm, con falda o con una gripe de estar en casa… Yo, atónita, respondo que no hay un «cómo» sino un «por qué». Porque hago ejercicio, porque me siento libre, porque no dependo del horario del autobús ni del metro, porque gran parte de mi vida dependí del automóvil para moverme en la ciudad (me reivindico) y sobre todo porque ¡no contamino! Al menos en el aspecto movilidad mis emisiones son cero.

Según la RAE, cultura es  un «conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.», y el «conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.» En este sentido todo el conocimiento de lo que ocurre en nuestro medio nos permite ser juiciosos en nuestra forma de actuar, en este caso sobre qué medios de transporte utilizar.

El uso de la bicicleta depende en gran medida de la infraestructura viaria existente y habilitada para asumir este medio de transporte, pero no nos engañemos, se puede circular en bicicleta por casi cualquier lugar, eso si, respetando las aceras, las ordenanzas en zonas peatonales y sin poner en peligro la vida. A pesar del estado fetal de las leyes que afectan el uso de la bicicleta y de las que amparan al ciclista y por otro lado la precaria red de circuitos ciclistas o carriles bici en muchas ciudades del mundo, la iniciativa de muchos ciudadanos que miran la bicicleta como una alternativa de transporte sostenible va en aumento y es exponencial. Los ciudadanos son conscientes que un cambio de actitud responde a una mejora sustancial de la calidad de vida en las ciudades.

Siempre insisto en este concepto ¡calidad de vida! que es igual a bienestar y salud, que a su vez es inmanente al estado del entorno (medio natural, recursos naturales…) por tanto lo asocio a múltiples funciones urbanas, a patrones de conducta y actividades, a formas de vivir y usar lo que la ciudad nos obliga o nos ofrece usar, y cuando de movilidad se trata podemos elegir qué medios utilizar para aportar nuestro granito de arena en disminuir esos índices de la huella ecológica y aumentar la calidad de vida.

Ver a ciclistas que habitan en latitudes donde el clima es realmente «extremo» circular por sus calles, donde frío es igual a nevada y grados bajo cero, reafirma mi idea de que el uso de la bicicleta es una cuestión cultural. Más que estilo de vida es un estado-nivel de conciencia sobre nuestros patrones de uso-consumo y sobre cómo impactamos el medio ambiente.

Les dejo un enlace que encontré en copenhagenize, el video simplifica todo lo que he comentado. Ciertamente una imagen vale más.

 

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Buenas iniciativas urbanas: Pamplona estudirá la contaminación ambiental que afecta a los ciclistas

La contaminación del aire es un enemigo silencioso que ataca nuestras ciudades y todos estamos expuestos a ésta, sin distinciones. Sin embargo algunos estamos más o menos expuestos y somos más o menos susceptibles dependiendo de la edad, la localización (sea urbana o suburbana) y el medio que utilizamos para desplazarnos. Los peatones, ciclistas, (y motoristas aunque también sean una pequeña parte del problema), son quienes directamente se exponen a las emisiones de los motores en el primer frente de batalla.

En base a esta realidad la Universidad de Navarra ha emprendido una iniciativa con el nombre “Life Respira” en la que se estudiará exhaustivamente y por primera vez el aire de la ciudad de Pamplona, gracias a un equipo de investigadores que pondrán a funcionar 50 sensores que llevarán un grupo de ciclistas voluntarios en sus rutas diarias por dos años. Esto permitirá, según explica el impulsor del proyecto, determinar la calidad del aire, las rutas o vías menos contaminadas y las horas de mejor calidad de aire para los ciclistas, estos datos servirán para impulsar el uso de aplicaciones que faciliten a los ciudadanos esta información. Además este proyecto que cuenta con el apoyo de diversas instituciones, servirá también para probar la efectividad de un nuevo pavimento que absorbe la contaminación, ¿un nuevo tipo de asfalto con menor impacto medio ambiental?

Todo está por verse, e indudablemente es una estupenda iniciativa que debe emprenderse en más urbes. Aunque los resultados sean “extrapolables” a otras ciudades, la experiencia y los datos son necesarios en una red extendida. La tecnología a favor de las ciudades… Son “smart cities” porque lo son sus ciudadanos.

Aquí se puede leer el artículo completo desde «Diario de Navarra» -> «Un estudio medirá la contaminación que sufren los ciclistas en Pamplona»