Las políticas sobre movilidad sostenible definirán un modelo urbanístico evolucionado, pero sin la acción ciudadana las administraciones se quedan a medias. El ciudadano debe ser partícipe de la política, lo que nos da estructura y conocimiento, nos permite exigir en la medida de todo aquello que nos compete y afecta. Convertirnos en críticos implicados con nuestra sociedad es el gran paso para el cambio de paradigma; el verdadero motor de la política es la acción ciudadana y la bicicleta seguirá rodando por las calles de la ciudad en la medida que actuemos por darle más espacio y presencia.