La ambigüedad del título es directamente proporcional a la que reflejan determinados espacios dentro de la ciudad; el espacio público que cae en la obsolescencia es potencial de regeneración a través de intervenciones en el ámbito de lo efímero.
Lo efímero, pivote de lo permanente.
El descubrimiento del territorio ha sido siempre y en gran parte gracias a la iniciativa, curiosidad y tendencia nómada del hombre, conducta que estableció una forma de dominar el espacio a través del recorrido y como consecuencia, la clasificación del lugar en activo y pasivo, el lugar de la permanencia y el lugar del camino. Así se comenzó a tejer el entramado de asentamientos al paso del viandante.
Las civilizaciones que domaron el territorio han dejado evidencias tanto de lo permanente como de lo efímero; el recorrido del hombre siempre ha tenido dos vertientes y lo sabemos desde Caín y Abel, el sedentario y el nómada, lo estático y lo movible. Aún cuando lo permanente deja una huella física, el rastro de lo pasajero queda impreso de forma trascendental -dado el carácter expansivo propio de los elementos que tienden a moverse- lo que se traduce en una forma de extensión que habilita el terreno para lo permanente, y en esto radica la trascendencia del rastro de lo efímero.
Espacios como contenedores de lo dinámico y estático.
El espacio de permanencia se enmarca en la imagen que se tiene de lo estático, desde la cual se concibe de forma general la ciudad como asentamiento. Dentro de la ciudad ocurren de forma sintética (componiendo de las partes al todo) fenómenos que se desarrollan desde lo estático y lo movible, estructurando todo un ensamblaje de espacios correlativos que alternan lo dinámico y lo inamovible relativo a las actividades que se producen en él; sin embargo el espacio, el lugar como tal -ciudad, calles, plazas, edificios, parques, etc.- es estático, permanente e inamovible, es el producto del asentamiento.
Espacios estáticos estancados.
Espacios y lugares en los que se ha desvirtuado el carácter público como lugar de la comunicación “basado en formas de adaptación y cooperación” (Isaac Joseph*) y su capacidad de sintetizar lo social con lo urbano; es lo que se define como la obsolescencia del espacio público.
Itinerante, corta duración y permanencia en el imaginario colectivo.
Desde la visión del arte se desarrollaron ideas relativas a la ocupación del espacio basadas en la reflexión y crítica de la sociedad a través de la creación de situaciones construidas en el escenario del espacio público; la deriva y la psicogeografía fueron el aporte base del pensamiento crítico sobre el espacio que fomentó la creación, desde lo abstracto hasta lo tangible manifestándose en la ciudad.
Nuevas posibilidades, creación de vínculos.
Existe un largo camino teórico relativo a la producción del espacio implicado dentro de los procesos sociales y urbanos, a lo que tangencialmente se puede inferir desde la experiencia en el habitar el espacio que, las incidencias de lo efímero en un espacio inamovible establecen un vínculo permanente que deviene proceso de dinamización, lo que es en sí mismo trascendente, dejando camino a nuevas posibilidades de producción y acción en el espacio.
Ejemplos de interés
PIXEL CLOUD from UNSTABLE on Vimeo.
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*Joseph, Isaac. El espacio público como lugar de la acción. 1999b